Entre el riquísimo y vasto legado andalusí también figura la palabra "gaucho". El jurisconsulto de origen francés y gauchófilo por excelencia Emilio Honorio Daireaux (1843-1916) hace esta reconstrucción: "En la época de las primeras poblaciones en América la dominación de los Árabes en España había terminado por la expulsión o la sumisión; muchos de estos vencidos emigraron. En la pampa encontraron un medio donde podían continuar las tradiciones de la vida pastoril de sus antepasados. Fueron los primeros que se alejaron de las murallas de la ciudad para cuidar los primeros rebaños." Tan cierto es esto, que a muchos artefactos aquí empleados se les designa con palabras árabes, al pozo, palabra española, se le nombra jagüel, desinencia árabe, y a la manera árabe sacan los pastores el agua. Gaucho es una palabra árabe desfigurada. Es fácil encontrar su parentesco con la palabra "chauch" que en árabe significa conductor de ganados. Todavía en Sevilla (en Andalucía), hasta en Valencia, al conductor de ganados se le nombra chaucho.
El primer gran teórico sobre los orígenes hispanoárabes del gaucho fue el escritor y periodista Federico Tobal (1840-1898). Dice Tobal: " El traje del gaucho no es más que una degeneración del traje del árabe y aún los dos hombres se confunden al primer aspecto. El chiripá, el poncho, la chaqueta, el tirador, el pañuelo en la cabeza y bajo el sombrero, no son más que modificaciones de las piezas del vestido árabe, pero modificaciones ligeras y que no constituyen un traje aparte como el nuestro europeo. (...) Todo en el gaucho es oriental y árabe : su casa, su alimento, su traje, sus pasiones, sus vicios y virtudes y aún sus creencias. (...). Las cosas, los hechos y los accidentes de relación que constatan el origen se ofrecen por doquiera. La semejanza es tan viva que basta la más ligera atención para percibirla. Ella nos sigue como la sombra sigue al cuerpo y va estampada hasta en la etiqueta. Por mayor que sea la indolencia en que haya caído el gaucho, carecerá de árboles o de huerto su hogar, pero no carecerá del pozo que es la cisterna (jagüel o aljibe) para las frecuentes abluciones, alta necesidad de sus costumbres que se nota especialmente entre los pueblos paraguayo y correntino y que no es ciertamente de origen indio.
Los reveladores conceptos de Lugones
El escritor y político argentino Leopoldo Lugones (1874-1938) es uno de los grandes reivindicadores del alma gaucha, la cultura de la pampa y su legado andalusí. En las citas siguientes resumimos su pensamiento sobre el tema: "Jinete por excelencia, resultaba imposible concebirlo desmontado; y así, los arreos de cabalgar, eran el fundamento de su atavío. Su manera de enjaezar el caballo, tenía, indudablemente, procedencia morisca. (...) Las riendas y la jáquima o bozal, muy delgados, aligeraban en lo posible el jaez (del árabe yehez , cualquier adorno que se pone a las caballerías en este caso, los jaeces), cuyo objeto no era contener ni dominar servilmente al bruto, sino, apenas, vincularlo con el caballero, dejándole gran iniciativa (...). (Cabe destacar que la jáquima de la que habla Lugones proviene del árabe sakima , cabezada de cordel que hace las veces de cabestro).
Por lo demás, es sabido que el arte de cabalgar y de pelear a la jineta, así como sus arreos, fue introducido en España por los moros, cuyos zenetes o caballeros de la tribu berberisca de Banu Marín, diéronle su nombre específico. Así, jinete, pronunciación castellana de zenete, fue por antonomasia el individuo diestro en el cabalgar. Las anchas cinchas taraceadas (del árabe tar'zi , incrustación), con tafiletes de color, (del bereber tafilelt , cuero bruñido y lustroso, mucho más delgado que el cordobán), son moriscas hoy mismo. Análogos bordados y taraceos solían adornar los guardamontes usados por los gauchos de la región montuosa. Aquel doble delantal de cuero crudo, que atado al arzón delantero de la montura, abríase a ambos lados, protegiendo las piernas y el cuerpo hasta el pecho, no fue sino la adaptación de las adargas moriscas,( al-darqa , escudo de cuero, de forma ovalada o acorazonada), para correr cañas, que tenían los mismos adornos y casi idénticas hechuras: pues eran tiesas en su mitad superior y flexibles por debajo para que pudieran doblarse sobre el anca del animal.
Y así como la tradición y herencia caballeresca fueron musulmanas, la vestimenta del gaucho también lo fue por añadidura. Lo más evidente de ella son las famosas bombachas de campo (el pantalón por excelencia en todas las regiones islámicas, desde Marruecos al Pakistán) y la faja alrededor de la cintura (típica de los moriscos para esconder la gumia o el facón).
Por eso dice con razón Lugones: "Después notaríase que aquella rudimentaria bombacha abierta (el chiripá), facilita la monta del caballo bravío. El calzoncillo adquirió una amplitud análoga; y los flecos y randas que le daban vuelo sobre el pie, fueron la adopción de aquellos delantales de lino ojalado y encajes, con que los caballeros del siglo XVII cubrían las cañas de sus botas de campaña. Mas, para unos y otros, el origen debió ser aquella bombacha de hilo o de algodón, que a guisa de calzoncillos, precisamente, llevaron en todo tiempo los árabes (De ahí procedieron los zaragüelles, ( del árabe al-darqa , escudo de cuero, de forma ovalada o acorazonada), análogos de Valencia y de Murcia, por su etimología y por su hechura" (...). La camiseta abofellada, la chaqueta andaluza, el sombrero chambergo o de media copa a manera de capacho, el poncho heredado de los vegueros de Valencia, completaban aquel conjunto de soltura y flexibilidad".
Y al igual que Daireaux, Lugones demuestra el origen árabe de la palabra "gaucho", pero derivándola de uahsh o uahshi , esto es en árabe: montaraz, bravío, arisco, huraño; asimismo, explica cómo su variación fonética alcanza a términos como huaso, guaso, guácharo, guacho, etc.
La terminología gauchesca que deriva del árabe es vastísima. Basta con nombrar la alpargata (ár.: al-bargat , "la zapatilla"), el aljibe (ár.: al-yubb , "el pozo"), la guitarra (ár.: al-qitar , "la cuerda"), la moharra (ár. mohárrib, "aguzado": la media luna de hierro con filo que se ponía en la base de las chuzas de las lanzas gauchas), y el gadual: ese argentinismo que identifica a un terreno que se encharca cuando llueve y que deriva del árabe uadi ("río"), término que ha originado una multitud de topónimos en el mundo hispanoamericano (Guadalquivir, Guadalajara, Guadalcanal, Guadiana, etc.).
Los ejemplos sobran. La especialista española Dolores Oliver Pérez, en un artículo, explica el origen de ¡arre!, arriar, arriero, del árabe harrik , harraka , haraka , harakat , que da la idea de moverse, de movimiento, de viajero.
Continuaremos en otros artículos hablando sobre los legados linguisticos que nos ha dejado la lengua árabe.
sábado, 21 de febrero de 2009
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Norma, excelente tu ar´tículo de la palabra "gaucho", me sirvió para saber algunas cosas más. Gracias
ResponderEliminarGracias por la dedicación y el conocimiento que nos esclarece de la metamorfosis lingu..ística y cultural. Saludos.Rodolfo R. Martinez
ResponderEliminarputo
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