jueves, 11 de junio de 2009

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En breve estaremos publicando otros artículos.


Muchas gracias.


- Norma Kerwin

martes, 24 de marzo de 2009

¿ y por qué no, lengua árabe?

Hoy en los profesorados de Lengua y Literatura, de la República Argentina, existe de acuerdo con el diseño curricular de terciario, un espacio de fundamentación llamado Lenguas Clásicas, que corresponde a la enseñanza del Latín y muy pocas veces de Griego clásico. Sin embargo la incidencia griega en nuestro idioma, que llega a un veinte por ciento, no es tan importante como la lengua latina, hoy denominada lengua muerta. Pero si nos ponemos a revisar y realizar una investigación en el castellano, encontramos también una gran influencia de la lengua árabe, mucho más importante que la griega, sin menospreciarla. Entonces ¿ por qué no estudiar la lengua árabe, como espacio de la fundamentación antes que el griego en los profesorados de Lengua y Literatura? Desafortunadamente aún no se ha presentado un estudio formal y profundo sobre el caudal árabe que dejó en el castellano un veinticinco por ciento de vocablos, más que la lengua griega. Es difícil admitirlo pero aún se carece excepto algunos contados diccionarios de este tema y de algunos pocos estudiosos del tema que han sido bienaventurados, que sintetice alguna explicación sobre la raíz árabe en las palabras castellanas. Y debemos reconocer que por su diferencia religiosa y alfabética con nosotros, no se ha podido disfrutar de la profunda belleza de este idioma. Quiero teorizar que esta negativa a dicho estudio, se debe a que los programas satisfacen más a la cultura clásica en general, ya que es más importante la literatura que el aprendizaje del idioma, a la ignorancia y desatención misma de quienes hacen los diseños curriculares, sin tener la menor idea de tales estudios filológicos, no atendiendo el provechoso aprendizaje de la historia de nuestro idioma, y a la arrogante influencia imperialista occidental, que hoy invade a nuestro idioma a través de barbarismos de importación, vocablos que han entrado al castellano con un valor de traducción en el nuestro, pero que se usan en especial en la lengua inglesa. Hoy en los profesorados de Lengua y Literatura existe un nuevo espacio de fundamentación que se llama lengua extranjera y se dicta clases de lengua inglesa.
Para tal aseveración quiero remontarme a la historia de nuestra lengua y hacer una breve reseña para que el lector comprenda la necesidad de implementar la lengua árabe como un modo de complemento final y acabado para el estudio de la historia de la lengua castellana en los profesorados de Lengua y literatura.
Para entender mejor la evolución del castellano y la influencia de la lengua árabe debemos remontarnos al principio del Imperio Romano, cuando se expande a otros lugares, entre ellos España (Hispania, tierra de conejos). Sabemos que la lengua de Roma tenía dos expresiones una culta (sermo urbanus), utilizada por escritores y la otra popular, (sermo rusticus), utilizada por colonos, comerciantes, soldados y plebeyos, esta última es más viva y ofrece diferentes formas según la época y el lugar. A través del tiempo se fue hablando el sermo rusticus, el idioma vulgar, ya que esta gente se fue instalando en las provincias del Imperio, deformando así el latín clásico. Queda pues establecido que el sermo rusticus, es la piedra fundamental de los idiomas románicos y naturalmente del español, ya que el bajo pueblo pudo aprender nada más que el idioma rústico, que oye de la boca de los colonos, mientras que la aristocracia ibérica, rápidamente se romaniza y adquiere el uso del latín culto, cuyas diferencias son pocas y no tan exageradas ya que provienen de la misma raíz.
Cuando se produce el desmoronamiento político del Imperio por la invasión de los bárbaros, la corrupción del Latín ya iniciada, como demuestra el Aprendix Probi, va en aumento, porque Roma, que ha dejado de ser un centro de poder, no puede ser ya un foco cultural, que imponga sus normas unificadoras. Cada provincia dejará evolucionar su idioma hablado de acuerdo con las influencias psicológicas o lingüísticas más inmediatas.
Pero a pesar de todo se mantendrá las dos zonas lingüísticas: el latín clásico, derivará hacia el bajo latín, que durante la Edad Media procurará en lo posible mantener algo de la morfología y la sintaxis de la antigüedad, lengua que se hablará en toda la Edad media. Y el latín vulgar, va evolucionando lentamente hasta dar lugar a los idiomas romances.
Sin embargo, España adopta el latín como lengua cultural y popular. Durante muchos años resonó en ella el idioma del Lacio, primero por el gran prestigio de la cultura clásica que se reflejó en muchas escuelas españolas y más tarde por la fuerza espiritual que tomó la Iglesia que se hace romana y usa el idioma para la difusión de la liturgia. A partir de ahí España entera se romaniza, por eso nuestro idioma es romance (de Roma) y de cada cuatro palabras que decimos tres son de origen latino.
Existió una dependencia evidente entre las formas del romance que nace del bajo latín. Pero la diferencia se produce cuando el bajo latín es usado por los padres de la Iglesia, ya que se veían obligados a usarlo, porque muchos de los vocablos clásicos, no eran comprendidos por la gente vulgar. Inversamente sucede que cuando una expresión se convierte en demasiado vulgar, los cultos la ennoblecen por su propia necesidad de mantener el latín culto, por ejemplo, el especialista en enfermedades de la vista, (ojos) no se llamará ojista, sino oculista, derivado de la raíz oculus (nominativo).
De aquí el hecho de estudiar la cultura clásica latina en los profesorados de Lengua y Literatura por el gran caudal lingüístico que dejó el paso del Latín en España y posteriormente a América a través de la conquista española.
¿ Qué pasó con las demás influencias lingüísticas en el castellano? Si nos remontamos al Libro de Guillermo Díaz Plaja, Historia del español, afirma que hay pocas influencias griegas en el español, lo más interesante son los vocablos helénicos que llegaron a través de los romanos, o bien de los mismos griegos que trajeron en épocas remotas a sus colonias de España. Se estiman helenismos primitivos, como por ejemplo púrpura, golpe, botica, huérfano. Recuérdese que en tiempos de Justiniano, se constituye un dominio griego en la costa oriental de la península Ibérica y que durante la Edad Media mantiene España un contacto con Grecia. Se hace más intenso su interés en el Renacimiento, que ve en lo greco latino una fuente de ennoblecimiento del lenguaje, y lo utiliza para crear la tecnología científica, por ejemplo Geografía, fisiología.
Sin embargo, durante cerca de ocho siglos España permanece unida lingüística, política y culturalmente a Roma, cuando durante los siglos V y VI comienza la aparición de pueblos del norte, que se van instalando en España, se tratan de invasiones reducidas, pero que no desplazan a la población hispano romana. Los nuevos dominadores son culturalmente inferiores a los hispanos, por eso la lengua latina no se pierde y estas nuevas hordas adaptan su idioma al latino. En el siglo VI se produce la unificación religiosa, política y cultural entre estos pueblos y España.
La influencia lingüística de estos pueblos está bien definida en la romania, por ejemplo el elemento germánico no fue de suma importancia en la introducción del latín no siendo así con la árabe, que por haber tenido mayor convivencia tiene un alto porcentaje de vocablos en el español.
Trescientos años después de los germanos, aparece un nuevo factor histórico, la llegada de las tribus árabes, llevan con ellos la unidad religiosa y también lingüística, por eso se dice que fueron un imperio tan importante como Roma. Se quedan en el territorio de España desde el 711 hasta 1492. Son ocho siglos de transmisión de cultura y por consiguiente su lengua. Su presencia dejó una caudal incalculable de cultura, hemos conocido a los clásicos griegos gracias a su lengua, ya que fue el hilo transmisor de esta cultura clásica. Esto se hizo a través de la las escuelas de traductores. Con una gramática sencilla, con raíces consonánticas similares, pocas vocales y de bellísima sonoridad, apto para la expresión poética. Es gratificante escuchar de la boca de un hablante árabe su propia poesía.
Como dijimos en otros artículos la cultura musulmana tuvo mucho más calidad y abundancia que los pueblos cristianos que eran precarios y de alta pobreza cultural.
Esta cultura tan enigmática incide en el joven idioma de la península, y muchos vocablos árabes pasan a él, por ejemplo palabras de origen militar, de organizaciones sociales, oficios, agricultura, instrumentos, etc. El idioma árabe es uno de los más antiguos, data de 2400 años a. C, y se desprendió del acadio. Evolucionó y sobrevivió a todo este tiempo. En la actualidad hay ciento cincuenta millones de seres que hablan el idioma árabe.
La cultura árabe se impone efectivamente en el año 756 d. C, cuando el califa de Damasco,(Abderrahmán) emigra a Córdoba y constituye su califato e inaugura esta civilización que va a iluminar a la Europa del momento en el progreso de la arquitectura, la medicina, la matemática, la astronomía, la agricultura, la filosofía y la literatura. Todos estos conocimientos nuevos implicaron el uso de nuevos términos y palabras en la lengua castellana., inexistentes en la península hasta ese momento.
El intercambio entre los dos pueblos, el árabe y el español, y las traducciones realizadas desde arameo, griego, romance al árabe contribuyeron al surgimiento de un nuevo castellano, enriquecido con bagaje de términos nuevos. Entre los siglos X y XV el árabe fue el idioma literario y científico que rescató el genuino pensamiento griego, pues muchos de los textos que conocemos en griego se deben a sus exactas traducciones al árabe.
Es así como la España castellana, comienza a hablar diariamente casi un tercio de árabe asimilado por un castellano de ochocientos años de convivencia con este idioma, y por consiguiente llega esta rica influencia a América a través del conquistador español. Muchos navegantes andaluces ( mozárabes y mudéjares) han dejado sus vocablos para no olvidarse de sus fonemas, como por ejemplo Caribe (Qarib); Tucumán ( Tujumán, del plural Tujmah, última frontera, por la ausencia de la jota en el romance fue reemplazada por la C, tucma, Tucumán).
Todas estas explicaciones deberían hacer que la lengua árabe sea contemplada en los programas curriculares de los profesorados de Lengua y Literatura en la Argentina, que se le dé su lugar tan ganado, en la historia del castellano, ya que también cumplió un papel preponderante en el enriquecimiento del idioma castellano.

domingo, 15 de marzo de 2009

el origen de la palabra ANDALUS

Cuando en el año 711 d. C, irrumpieron los árabes en el sur de España bajo la conducción de Musa Ibn Nusair y la comandancia militar de Táriq Ibn Ziád, los grupos étnicos que habitaban la península Ibérica, conformados por Celtas, Euskadis, Visigodos y otros germánicos y vándalos, hablaban en su mayoría el “ romance vulgar” o el “ latín primitivo”. Por la diversidad de los nombres y dificultad de pronunciarlos, los conquistadores, en su mayoría árabes del desierto y combatientes movilizados en el avance, optaron por identificar a los pueblos vencidos con el nombre más fácil: VANDALOS. Por la no existencia de las letras (V) y (O) en la lengua árabe la palabra “Vándalos”, se convirtió en ANDALUS ( recordemos que en árabe hay solo tres vocales, la A,U, I , por lo cual la vocal O de cualquier otro abecedario, se reproduce como U en la escritura árabe). Esta fue la primera palabra árabe que ingresó al latín primitivo que hablaban los españoles, en la nueva era que comenzaba en el 711 y perduraría durante ocho siglos.

Breve reseña de la Lengua Árabe

El idioma Árabe es uno de los más antiguos del mundo. Desprendido del acadio (2400 a. C), reemplaza al sumerio como lengua hablada por los habitantes de la Península Arábiga y las regiones vecinas, dando a luz con el tiempo al babilonio y el asirio antiguo, y constituyéndose con su gemelo, el arameo , como un vivo idioma, famosos por sus leyendas, mitologías y pensamientos humanos.
A medida que fue avanzando la historia del hombre, se fueron originando otros idiomas paralelos al árabe, como ser el arameo, el sánscrito, el griego antiguo, el latín, lenguas milenarias, que con el tiempo se redujeron a la liturgia y oración en los templos, o bien se fueron ramificando en dialectos diversos. La lengua árabe fue la única lengua que sobrevivió al tiempo, evolucionó y se conservó en todas las instancias hasta nuestros días.
La clave de esta supervivencia es que había muchos narradores populares, RUÁT, quienes memorizaban los cuentos y poemas y los recitaban pasándose de boca en boca y de época en época, hasta que llegaron a las escuelas de TADUIN (registración) en Bagdad, Kufa y otras capitales islámicas. Si comparamos, algo similar sucedió en España, con los juglares y su Mester de Juglaría, (trabajo de juglares) un oficio de cantores populares, que viajaban de una comarca a otra para contar hazañas que habían realizado héroes locales.
En el período preislámico, los árabes del desierto, tenían un gran talento poético y se abocaban al canto sentimental: épico, orgulloso y romántico; su especialidad era cantar sobre el dolor que causaba la pérdida de la amada al irse tal vez, con otra tribu buscando otros oasis. Muchas de estas poesías se redactaban en letras de oro y se colgaban, como premio en las cortinas de la KAHBAH. Esas qasidas premiadas se llamaban LAS DORADAS.
Otro factor de conservación vivo de la lengua árabe y uno de los más importantes fue el CORÁN (AL QUR’ AN: la lectura), el libro venerado del Islam, que reunió un elocuente estilo léxico y sintáctico, rico en expresiones y gracias a su contenido aseguró la supervivencia íntegra del idioma árabe.
Por lo demás la lengua árabe, tiene desinencias parecidas al latín, y declinaciones, rige caso nominativo, genitivo y acusativo igual al latín, la terminación de sus vocablos es flexiva, se lee exactamente como se escribe y de derecha a izquierda. Su forma gutural y grave es debido a la antigüedad de su existencia, siendo por tal motivo la lengua de más voces onomatopéyicas entre las demás lenguas. Llegó a ser durante cuatro siglos (IX al XIII) un idioma universal. Influyó además del castellano en el portugués, y en menor grado en el alemán e inglés. Su elocuencia expresiva facilitó la traducción del griego y del latín al árabe y castellano. Muchos de los grandes clásicos griegos han llegado a nuestras manos gracias a la lengua árabe, ya que en su idioma original se han perdido por guerras o destrucciones de bibliotecas. Muchos de los tratados sobre temas del saber de la España Árabe, enriquecieron las bibliotecas y afortunadamente algunos de ellos aún se conservan en la biblioteca de EL ESCORIAL, cerca de Madrid.
En la actualidad cerca de cincuenta millones de seres hablan el idioma árabe. Millones de musulmanes rezan el Corán en idioma árabe, mientras en los foros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el árabe es uno de los idiomas principales y oficiales en el desarrollo de la tarea internacional.

sábado, 21 de febrero de 2009

El origen de la palabra " algoritmo" en castellano



La palabra Algoritmo es de origen árabe y proviene del inteligente matemático y astrónomo Abu Abdullah Muhammad Bin Musa, quien tomó como seudónimo Al-Khowarizmi (780-850), lugar donde había nacido, el estado de Khowarizm , uno de los centros de saber y cultura de Asia Central en la Edad Media, situado en el curso inferior del Amu Darya, en la actual república de Uzbiekistán, en la provincia moderna de Khiva. Cuando el califa Al-Mamun (809-833) de Bagdad lo llamó para integrar la Bayt al-Hikman, "Casa de la sabiduría", una especie de centro superior de investigaciones científicas de su tiempo, situada en Bagdad, la ciudad de las Mil y una Noches, adoptó el patronímico Al-Khowarizmi en honor a su patria de origen. En ese lugar trabajaban sabios judíos y cristianos procedentes de Siria, Irán y Mesopotamia. Su trabajo fue preservar y difundir el conocimiento que provenía de Grecia y de India. Sus libros eran de fácil comprensión, de ahí que su principal valor no fuera el de crear nuevos teoremas o nuevas corrientes de pensamiento, sino el de simplificar las matemáticas a un nivel lo suficientemente bajo para que pudiera ser comprendido por un amplio público. Señaló muchas virtudes del sistema decimal indio (en contra de los sistemas tradicionales árabes) y también explicó que, mediante una especificación clara y concisa de cómo calcular sistemáticamente, se podrían definir algoritmos que fueran usados en dispositivos mecánicos en vez de las manos (por ejemplo, ábacos). También estudió la manera de reducir las operaciones que formaban el cálculo. Es por esto que aun no siendo el creador del primer algoritmo, el concepto lleva aunque no su nombre, sí su pseudónimo. Al-Khowarizmi también escribió varios libros de astronomía, uno de álgebra y otro sobre aritmética (traducidos al latín en el s. IX por Adelardo de Bath y Roberto de Chester), en el que hace una exposición exhaustiva del sistema de numeración hindú. Este sistema se empezó a conocer como «el de Al-Khowarizmi» y, por las deformaciones que tuvo, bien por transmisión o por traducción, llegó a la palabra «algorismi», «algorismo» o «algoritmo».
También a Al-Khowarizmi se le debe también un método geométrico de resolución de la ecuación de segundo grado basado en la formación de cuadrados y que en esencia coincide con el actual método general.

La huella del árabe en nuenstro idioma

¿Qué significado tiene la lengua árabe para los hispanohablantes? ¿Se puede hablar de una presencia del árabe en nuestro idioma, en la actualidad?
Aparte del inicial legado del latín (y recientemente de la gran influencia del inglés) los dos aportes más enriquecedores al léxico del español han sido, en épocas muy diferentes, los del árabe y los del francés.En el año 711 (siglo VIII), los árabes iniciaron la conquista de la Península Ibérica. Su avance fue vertiginoso. En sólo siete años ocuparon toda la Península, y permanecieron hasta 1492, cuando se logra la total expulsión de los musulmanes. Fueron en total siete siglos de convivencia, lo que significó una incorporación masiva de palabras árabes a las diversas lenguas hispánicas. Incluso, después del final de la reconquista, muchas morerías (barrios en donde habitaban los árabes) no se despoblaron si no que sus habitantes (llamados a partir de entonces los moros), forzados, tomaron la religión católica y ligaron ambos idiomas para siempre.Ramón Menéndez Pidal afirma que durante la época de esplendor del califato (período histórico de los califas o soberanos descendientes de Mahoma, que gobernaban a los musulmanes de todo el imperio musulmán) que los moros eran superiores a los cristianos no sólo en la guerra sino en la cultura general. Esto explica en parte la presencia de más de cuatro mil arabismos perfectamente hispanizados y asentados en el uso común en nuestro idioma.Como sabemos, muchas palabras que se inician con al- son de origen árabe. Así nos encontramos con plantas, como albahaca; dulces, como alfajor, almíbar y alfeñique; funcionarios, como alcalde, alcaide y alguacil; compuestos químicos, como alcohol y alcanfor; herramientas, como alicate; flores, como alhelí; árboles y frutos, como albaricoque; condimentos, como alcaparra; arácnidos, como alacrán; joyas, como alhaja; olores, como almizcle; acueductos, como albañal y alcantarilla, de allí viene la palabra albañil; pequeños poblados, como aldea; criaderos de plantas y vegetales, como almácigo; aves bullangueras, como alcaraván; colores de animales, como alazán; estanques, como alberca; utensilios para ahorrar dinero, como alcancía; piezas para asegurar puertas, como aldaba; registros o catálogos de los días y los meses del año, como almanaque; dormitorios, como alcoba; tienda de artículos, como almacén; maderos para la armazón de una construcción, como alfajía; colchón para reclinar la cabeza, como almohada; plantas malváceas, como el algodón; fabricantes de vasijas de barro, como alfarero; operaciones matemáticas, como álgebra; la química mágica medieval, como la alquimia; tejidos de lana y de otras materias, como la alfombra; la remotísima alcahueta de los tiempos de La Celestina, de Fernando de Rojas; el albacea de los testadores; la albarda y la alforja de los campistos chontaleños; o el alambique que don Juan Valera insertó en el espaldarazo a nuestro Rubén Darío: “Usted lo ha puesto todo a cocer dentro del alambique de su cerebro y ha sacado de ello una rara quintaesencia”.Pero hay también arabismos no necesariamente con al-. He aquí una lista de términos muy usuales que comienzan con a: azotea (terraza), azote, azúcar, adalid (caudillo o jefe), ademán, adobe (masa de barro empleada en construcción), adoquín, ajuar (enseres y objetos personales), arancel (tabla de precios oficiales), argolla, arrecife (banco marino de piedras y otros materiales), arroba, arrabal (barrio), asesino, atabal (tamboril o tambor pequeño), atracar (arrimar una embarcación a tierra), atún, arroz, acequia (zanja o canal por donde se conducen o retienen las aguas), azucena, azufre y aduana (oficina de registro público en las fronteras).Y hay otras muchas de uso común también como berenjena, sandía, zaguán y estas tres medidas de capacidad: quintal, arroba y fanega. “Contentose con dos arrobas de pasas y dos fanegas de trigo”, dice Cervantes en el capítulo IX de la primera parte de El Quijote.
Como vemos existe un amplio repertorio de vocablos árabes que ingresaron al castellano, que a través del la lengua del conquistador español llegaron a América.

Influencia árabe en la morfología castellana

La influencia árabe es también importante desde el punto de vista morfológico. El artículo al, característico del árabe, se encuentra en muchas palabras del castellano, sin darnos cuenta.
De manera que cometemos una inconsciente tautología o repetición cuando decimos por ejemplo, el puente de Alcántara, precisamente estamos diciendo " el puente de el puente", también de allí sale el vocablo " alcantarilla"; o cuando decimos el río Guadalquivir, estaríamos diciendo: el río, río el Quebir.
En los casos en que el artículo al queda reducido a "a" (acequia, atún), se trata de una regla gramatical árabe que persiste en español, según la cual la "l" del artículo se pierde delante de ciertas consonantes.
Más adelante y en otros artículos iremos detallando muchas palabras castellanas de origen árabe y sus correspondientes analogías.